La vocación proactiva y educadora perseguida por la escuela para abordar los conflictos y su resolución se corrobora en visibles avances, fruto del esfuerzo continuado por mejorar programas, medios y actuaciones destinadas a la prevención y corrección de conductas contrarias a la convivencia y/o al funcionamiento de las instituciones escolares.
En no pocas ocasiones se dan casos en los que, agotadas las «acciones recuperadoras» dispuestas por el centro escolar, no queda más vía que recurrir a la expulsión como última alternativa para preservar el derecho a la educación de todos/as.
Es entonces cuando el/la menor sancionado/a precisa de una atención personalizada que, paradójicamente, no puede proporcionársele al estar fuera del ámbito de actuación docente y, en ocasiones, también fuera del ámbito de control familiar.
Además, entendemos que la falta de conformidad con las normas sociales, la ausencia de habilidades para tomar decisiones o resolver problemas, ciertas actitudes de rebeldía, la falta de integración en la escuela y fracaso escolar son factores de riesgo que aumentan la posibilidad de comportamientos adictivos.
Es por ello que desde el Plan Municipal sobre Drogas y Conductas adictivas del Ayuntamiento de Villarrobledo, conscientes de la importancia de ofrecer una respuesta a las necesidades citadas, se ha promovido la realización de un proyecto de intervención socioeducativa que responda a la demanda de familias y Centros de Educación Secundaria para abordar la atención a este alumnado expulsado y que, a su vez, sirva como complemento para la prevención del consumo de todo tipo de drogas y otras conductas adictivas.
Como forma alternativa a la expulsión se persigue ofrecer, en dependencias municipales, una atención grupal y/o personalizada de carácter diagnóstica, reflexiva y recuperadora.